El infinito entre dos cosas

"Las cosas que piensas determinan la calidad de tu mente." Marco Aurelio

En interesante que en nuestra formación académica no se discuta, ni siquiera superficialmente, la importancia de cultivar procesos y contenidos de pensamiento más conducentes a un equilibrio emocional, físico y psicológico. Usualmente se ignoran los procesos metacognitivos que determinan la forma en que aprendemos, percibimos y actuamos en el mundo. 

Un error en la educación es centrarnos exclusivamente en el contenido. El contenido de poco o nada sirve cuando estamos sumidos en el analfabetismo emocional y estratégico. 

La habilidades estratégicas nos permiten utilizar nuestros recursos cognitivos de una manera más eficiente. Si en vez de desperdiciar horas y horas de nuestro tiempo leyendo y releyendo un texto que no quiere quedarse en nuestra cabeza, utilizamos una estrategia que disminuye el tiempo y aumenta la retención, sería tonto no hacerlo. 

El cultivar nuestras habilidades emocionales nos permite darnos cuenta de nuestros patrones de respuesta ante diferentes eventos y cambiar aquellos que juzgamos nocivos al compararlos con nuestro ideal. La madurez emocional también nos permite crear un espacio entre un estímulo y nuestras respuestas automáticas. En dicho espacio tenemos la oportunidad de generar respuestas más acordes con la clase de ser humano que queremos ser. 

Esto puede sonar como una invitación a la premeditación en el actuar y, a decir verdad, lo es. Sin embargo, esto no significa no ser auténtico ya que lo supuestamente "auténtico", era sólo un actuar del que aún no éramos conscientes. 

Al adquirir un poco de consciencia sobre lo que sucede tras bambalinas en nuestra mente,  nos permite darnos cuenta del efecto que tiene entretener esta o aquella historia. Ese sitio, me parece, es una gran oportunidad para asumir las riendas de aquello que puede estar bajo nuestro control: decidir cómo actuar ante lo que nos sucede a diario.